En el último tiempo hemos podido apreciar escándalos generados por algunas empresas, como LA POLAR, por lo que es impostergable tomar una decisión como país y ver cómo queremos seguir adelante. La respuesta a cómo controlar las empresas, pasa por preguntarse lo siguiente: ¿Cuántos funcionarios debe tener la Súper Intendencia de Valores (SVS), la Súper Intendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF), la Unidad de Análisis Financiero (UAF), y los demás organismos del Estado, responsables de controlar las diversas actividades económicas, para llevar un exhaustivo control?
Es complicada la respuesta, debido a lo que involucra en términos económicos para él estado de Chile, pero tenemos la oportunidad de avanzar, gracias al ingreso de Chile a la OCDE y a la aprobación de la Ley Nº 20.393 él pasado mes de diciembre del 2009, que regula la “Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas”, dentro de las normas que establece la Ley 20393, crea la figura del Oficial de Cumplimiento o Encargado de Cumplimiento, cargo de nivel gerencial, contratado por la empresa, el cual tiene la responsabilidad de velar por el cumplimiento de las normas y leyes, como también de velar por una conducta ética y transparente por parte de la empresa.
Debido a los escándalos ocurridos me parece correcto incorporar nuevos delitos a los ya establecidos en la Ley de RPPJ, e incorporar de una vez por todas el “Concepto” de Gobiernos Corporativos.
Es imprescindible que la SVS se pronuncie y tome medidas drásticas sobre los hechos ocurridos en La Polar, para que las demás empresas tomen consciencia y empiecen a actuar de manera Auto-regulativa, incorporando el área de Compliance y el cargo de Oficial de Cumplimiento, quien debe velar por el buen funcionamiento y detectar en forma temprana y denunciar en forma oportuna los ilícitos o presunción de ellos, y atacar aquellas conductas poco éticas.
Miguel Ángel Soto González
Publicado en La Tercera el 16 de Junio del 2011
(*) Lo expresado o descrito anteriormente es de responsabilidad del Sr. Miguel Ángel Soto González, y no constituye opiniones ni pensamientos de otras personas u/o empresas.